Educada en un sistema fun­da­mentado en el movimiento decolonial, como cualquier joven africano francófono nacido en los años 90, me interesaban mucho las cues­tiones rela­cionadas con la negritud, la iden­tidad del sujeto pos­colonial y la com­prensión de los prob­lemas que rodean a la Françafrique. Por eso mi primer proyecto de inves­ti­gación (en preparación de mi máster en Edu­cación) se centró en cues­tionar a los actores del sub­de­sar­rollo en África Central. En un estudio com­par­ativo de dos novelas com­pro­metidas que trataban del ethos de la élite pos­colonial y de los gob­iernos pos­te­riores a la inde­pen­dencia de Camerún y Guinea Ecu­a­torial, la inves­ti­gación arrojó una serie de con­clu­siones. Una de las prin­ci­pales fue la instru­men­tal­ización del sujeto pos­colonial en el cumplim­iento del fatídico destino fijado en el momento de la salida colonial. El ensayo del agrónomo francés René Dumont L’Afrique noire est mal partie (El África negra empieza mal) vatic­inaba dis­turbios sociales y guerras civiles tras la col­o­nización del África sub­sa­hariana. En su opinión, esto se debía a la falta de auto­su­fi­ciencia ali­men­taria y de trans­for­mación local de los pro­ductos. Luego, las novelas Nadie tiene buena fama en este país, de Juan Tomás Ávila Laurel, y Les chauves-souris, de Bernard Nanga, me ofrecieron una car­i­catura del fun­cionario pos­colonial: cor­rupto, incom­pe­tente, par­tidario del menor esfuerzo y una auténtica sangría para la administración.

Esta primera etapa introdujo el segundo punto de mi inves­ti­gación. En respuesta a la pre­gunta de cómo entender la men­talidad del col­o­nizado y sus diversos traumas, mi tesis de máster en Estudios His­pánicos se centró en la cuestión de la iden­tidad. Esta mono­grafía me per­mitió observar los efectos de la dom­i­nación y la hege­monía colo­niales en el sujeto col­o­nizado.  Como muy bien señala Achille Mbembe (2018,76), la colonia estaba gob­ernada por un état de siège (estado de sitio), es decir, una dom­i­nación sin ley basada en la represión y la pri­vación de lib­er­tades. La élite de los primeros años de la inde­pen­dencia per­petuó esta necrop­olítica. En la pos­colonia (con­cepto de Mbembe), el auge de las dic­taduras san­gri­entas, los abusos y la vio­lencia epistémica se han con­vertido en una norma sociopolítica. El racismo colonial, por su parte, provocó un sen­timiento de auto­den­i­gración del aspecto físico de los col­o­nizados y de la con­strucción sociopolítica y económica calcada del modelo occidental.

En este con­texto de hege­monía de la super­estructura gram­s­ciana, el desar­rollo de una nar­rativa y de una política de autoafir­mación jus­tifica la adopción de la fan­tasía como medio de expresión sociopolítica y cul­tural. En efecto, si la obra del arqueólogo Cheikh Anta Diop, el pen­samiento anti­colonial de escritores como Mongo Beti, Chinua Achebe, Léopold Fer­dinand Oyono y el des­en­can­tamiento del pen­samiento del sujeto pos­colonial teorizado por Ngũgĩ wa Thiong’o no han logrado hasta ahora el objetivo del renacimiento africano, la ciencia ficción se impone dicho deber. Es con este fin que mi análisis de Panga Rilene (2016), la primera novela africano futurista de la lit­er­atura de Guinea Ecu­a­torial, condujo a la antic­i­pación de los devenires de África y de sus habi­tantes. En efecto, esta ficción de Juan Tomás Ávila Laurel pone de man­i­fiesto las difi­cul­tades de recon­strucción de la memoria histórica de los pueblos africanos. Sin conocimiento del pasado, es difícil para los pueblos col­o­nizados recon­struir su iden­tidad y par­ticipar en el renacimiento africano.

¿Cómo anticipar el glo­rioso futuro del África pos­colonial? Aquí es donde entra en juego la metodología del pueblo Akan. Al igual que el pájaro sankofa, la ciencia ficción negroafricana rein­venta el pasado del con­ti­nente durante el periodo anterior a la esclavitud para anticipar la eman­ci­pación del con­ti­nente que es la cuna de la humanidad. En efecto, el état de siège que vivió Alke­bulan (topónimo auténtico de África según Cheikh Anta diop) desde la época de la Trata Ori­ental (poco estu­diada) hasta la Trata Transtalántica y su bal­can­ización en 1884 pro­tag­onizó la ocultación de las memorias y los archivos de la deshu­man­ización de los africanos (lo cual con­stituye un gran debate en la actu­alidad: Camerún está trami­tando la acce­si­bilidad del archivo colonial en Francia para inves­ti­gadores africanos, sigue vigente el proceso de retro­ceder a África las escul­turas y obras de arte saqueadas durante la col­o­nización) . Además, la his­toria auténtica ha sido con­denada al disfraz. La con­quista de un dis­curso sobre sí mismo se ha con­vertido en uno de los pilares de la dig­nifi­cación del con­ti­nente y de sus pueblos. Esta técnica nar­rativa es un guiño a la cos­mo­visión sub­sa­hariana. En las tradi­ciones bantúes y sahe­lianas, el pasado guía la vida. Por eso descarta la ven­ganza y lucha por la dig­nifi­cación de los pueblos sub­al­t­ernizados.  Inspirándose en la antigüedad alke­bu­lense, el con­ti­nente con­tem­poráneo vuelve a ser un espacio abierto a sí mismo y favore­cedor de la cir­cu­lación. Los pilares de su bien­estar sociopolítico y económico se basan en los prin­cipios de uni­ver­salidad y auto­su­fi­ciencia alimentaria.

Tras esta inves­ti­gación sobre la recu­peración de la memoria y la con­strucción de la iden­tidad, amplié mi campo de acción a la diáspora transatlántica. En mi tesis doc­toral, escrita entre 2019 y 2022, estoy exam­i­nando novelas tes­ti­mo­niales y películas basadas en la utopía del renacimiento africano/visisbilización del afrode­scen­diente. Este análisis, real­izado bajo el espectro de los par­a­digmas (Afror­re­alismo y africano Futurismo), me ha per­mitido desar­rollar la cat­e­goría de la rehu­man­ización del Negro. En primer lugar, las estrategias de ree­scritura de la his­toria del cimar­ronaje, las téc­nicas de super­vivencia en con­textos de deshu­man­ización y la con­ser­vación de la ances­tralidad planteadas por el Afror­re­alismo son los fun­da­mentos de la vis­i­bi­lización de la raíz africana en Améfrica Ladina. En segundo lugar, la antic­i­pación de un África Wakanda desplaza el con­ti­nente de su per­ifer­ización al centro.

A raíz de mi proyecto de tesis doc­toral, una serie de pre­guntas motivan hoy mi inves­ti­gación: ¿Cómo con­vertir estas necrop­olíticas africanas en Wakanda? ¿Cómo anticipar el adven­imiento de un con­ti­nente que se nombre a sí mismo, que se apoye en su propia estera (tal con­cep­tu­al­izado por Joseph Ki-Zerbo)? ¿Cómo entender la emi­gración clan­destina y el emixilio (con­cepto de Michael Ugarte) negroafricano desde 2010?

Estas pre­guntas con­sti­tuyen la base de mi trabajo actual. Abordo las vul­ner­a­bil­i­dades de los africanos con­tem­poráneos y su diáspora europea en la lit­er­atura pro­ducida por los guineoe­cu­a­to­rianos y los cameruneses (que escriben en español) y en el cine. También man­tengo un diálogo con­stante con activistas de la segunda gen­eración de emi­grantes africanos en España y escritores (emi­grantes de super­vivencia o exil­iados políticos) de África Central en España. Su estrategia de habiter le monde (habitar el lugar), adop­tando la poética de lo inter­medio (in-between), ha añadido una nueva cat­e­goría a mi inves­ti­gación: el transafricanismo (actual­mente estoy escri­biendo un ensayo sobre esta afrosanación).

Algunas pub­li­ca­ciones per­sonales sobre el pen­samiento pos­colonial (África central), la(s) memoria(s) negroafricana(s) y afrodiaspórica(s), la rehu­man­ización del negro sub­al­t­ernizado y la utopía del renacer africano

Hacia la poe­t­i­zación de la poética de Ciriaco Bokesa en Voces de espumas.” Reseña del primer poe­mario de la lit­er­atura de Guinea Ecu­a­torial.  2019, pp.139–148.

 “De la(s) memoria(s) a la lit­er­atura tes­ti­monial en Bëtapano de Juan Riochí Siafá” 2020, pp.479- 491)

Afro­fu­turismo y utopía cul­tural en Panga Rilene de Ávila Laurel y Black Panther de Ryan Coogler” 2021, Vol.40, num.1, p187-198

Inmi­gración europea en África. Aprox­i­mación a Red Burdel (2020) de Juan Tomás Ávila Laurel y Rouge Impéra­trice (2019) de Leonora Miano” in Con­flictos dinámicos y (Re)planteamientos iden­ti­tarios, 2022, pp 17–37)

 “Cimar­ronaje y nacionalismo cul­tural: visión afrocén­trica de Saudó (Laberinto de almas) de Jhonny Hendrix Hine­stroza”  2021, pp.71–88