Mi investigación — Abomo
By Jeanne Rosine Abomo Edou | Published on September 18, 2023
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Educada en un sistema fundamentado en el movimiento decolonial, como cualquier joven africano francófono nacido en los años 90, me interesaban mucho las cuestiones relacionadas con la negritud, la identidad del sujeto poscolonial y la comprensión de los problemas que rodean a la Françafrique. Por eso mi primer proyecto de investigación (en preparación de mi máster en Educación) se centró en cuestionar a los actores del subdesarrollo en África Central. En un estudio comparativo de dos novelas comprometidas que trataban del ethos de la élite poscolonial y de los gobiernos posteriores a la independencia de Camerún y Guinea Ecuatorial, la investigación arrojó una serie de conclusiones. Una de las principales fue la instrumentalización del sujeto poscolonial en el cumplimiento del fatídico destino fijado en el momento de la salida colonial. El ensayo del agrónomo francés René Dumont L’Afrique noire est mal partie (El África negra empieza mal) vaticinaba disturbios sociales y guerras civiles tras la colonización del África subsahariana. En su opinión, esto se debía a la falta de autosuficiencia alimentaria y de transformación local de los productos. Luego, las novelas Nadie tiene buena fama en este país, de Juan Tomás Ávila Laurel, y Les chauves-souris, de Bernard Nanga, me ofrecieron una caricatura del funcionario poscolonial: corrupto, incompetente, partidario del menor esfuerzo y una auténtica sangría para la administración.
Esta primera etapa introdujo el segundo punto de mi investigación. En respuesta a la pregunta de cómo entender la mentalidad del colonizado y sus diversos traumas, mi tesis de máster en Estudios Hispánicos se centró en la cuestión de la identidad. Esta monografía me permitió observar los efectos de la dominación y la hegemonía coloniales en el sujeto colonizado. Como muy bien señala Achille Mbembe (2018,76), la colonia estaba gobernada por un état de siège (estado de sitio), es decir, una dominación sin ley basada en la represión y la privación de libertades. La élite de los primeros años de la independencia perpetuó esta necropolítica. En la poscolonia (concepto de Mbembe), el auge de las dictaduras sangrientas, los abusos y la violencia epistémica se han convertido en una norma sociopolítica. El racismo colonial, por su parte, provocó un sentimiento de autodenigración del aspecto físico de los colonizados y de la construcción sociopolítica y económica calcada del modelo occidental.
En este contexto de hegemonía de la superestructura gramsciana, el desarrollo de una narrativa y de una política de autoafirmación justifica la adopción de la fantasía como medio de expresión sociopolítica y cultural. En efecto, si la obra del arqueólogo Cheikh Anta Diop, el pensamiento anticolonial de escritores como Mongo Beti, Chinua Achebe, Léopold Ferdinand Oyono y el desencantamiento del pensamiento del sujeto poscolonial teorizado por Ngũgĩ wa Thiong’o no han logrado hasta ahora el objetivo del renacimiento africano, la ciencia ficción se impone dicho deber. Es con este fin que mi análisis de Panga Rilene (2016), la primera novela africano futurista de la literatura de Guinea Ecuatorial, condujo a la anticipación de los devenires de África y de sus habitantes. En efecto, esta ficción de Juan Tomás Ávila Laurel pone de manifiesto las dificultades de reconstrucción de la memoria histórica de los pueblos africanos. Sin conocimiento del pasado, es difícil para los pueblos colonizados reconstruir su identidad y participar en el renacimiento africano.
¿Cómo anticipar el glorioso futuro del África poscolonial? Aquí es donde entra en juego la metodología del pueblo Akan. Al igual que el pájaro sankofa, la ciencia ficción negroafricana reinventa el pasado del continente durante el periodo anterior a la esclavitud para anticipar la emancipación del continente que es la cuna de la humanidad. En efecto, el état de siège que vivió Alkebulan (topónimo auténtico de África según Cheikh Anta diop) desde la época de la Trata Oriental (poco estudiada) hasta la Trata Transtalántica y su balcanización en 1884 protagonizó la ocultación de las memorias y los archivos de la deshumanización de los africanos (lo cual constituye un gran debate en la actualidad: Camerún está tramitando la accesibilidad del archivo colonial en Francia para investigadores africanos, sigue vigente el proceso de retroceder a África las esculturas y obras de arte saqueadas durante la colonización) . Además, la historia auténtica ha sido condenada al disfraz. La conquista de un discurso sobre sí mismo se ha convertido en uno de los pilares de la dignificación del continente y de sus pueblos. Esta técnica narrativa es un guiño a la cosmovisión subsahariana. En las tradiciones bantúes y sahelianas, el pasado guía la vida. Por eso descarta la venganza y lucha por la dignificación de los pueblos subalternizados. Inspirándose en la antigüedad alkebulense, el continente contemporáneo vuelve a ser un espacio abierto a sí mismo y favorecedor de la circulación. Los pilares de su bienestar sociopolítico y económico se basan en los principios de universalidad y autosuficiencia alimentaria.
Tras esta investigación sobre la recuperación de la memoria y la construcción de la identidad, amplié mi campo de acción a la diáspora transatlántica. En mi tesis doctoral, escrita entre 2019 y 2022, estoy examinando novelas testimoniales y películas basadas en la utopía del renacimiento africano/visisbilización del afrodescendiente. Este análisis, realizado bajo el espectro de los paradigmas (Afrorrealismo y africano Futurismo), me ha permitido desarrollar la categoría de la rehumanización del Negro. En primer lugar, las estrategias de reescritura de la historia del cimarronaje, las técnicas de supervivencia en contextos de deshumanización y la conservación de la ancestralidad planteadas por el Afrorrealismo son los fundamentos de la visibilización de la raíz africana en Améfrica Ladina. En segundo lugar, la anticipación de un África Wakanda desplaza el continente de su periferización al centro.
A raíz de mi proyecto de tesis doctoral, una serie de preguntas motivan hoy mi investigación: ¿Cómo convertir estas necropolíticas africanas en Wakanda? ¿Cómo anticipar el advenimiento de un continente que se nombre a sí mismo, que se apoye en su propia estera (tal conceptualizado por Joseph Ki-Zerbo)? ¿Cómo entender la emigración clandestina y el emixilio (concepto de Michael Ugarte) negroafricano desde 2010?
Estas preguntas constituyen la base de mi trabajo actual. Abordo las vulnerabilidades de los africanos contemporáneos y su diáspora europea en la literatura producida por los guineoecuatorianos y los cameruneses (que escriben en español) y en el cine. También mantengo un diálogo constante con activistas de la segunda generación de emigrantes africanos en España y escritores (emigrantes de supervivencia o exiliados políticos) de África Central en España. Su estrategia de habiter le monde (habitar el lugar), adoptando la poética de lo intermedio (in-between), ha añadido una nueva categoría a mi investigación: el transafricanismo (actualmente estoy escribiendo un ensayo sobre esta afrosanación).
Algunas publicaciones personales sobre el pensamiento poscolonial (África central), la(s) memoria(s) negroafricana(s) y afrodiaspórica(s), la rehumanización del negro subalternizado y la utopía del renacer africano
“Hacia la poetización de la poética de Ciriaco Bokesa en Voces de espumas.” Reseña del primer poemario de la literatura de Guinea Ecuatorial. 2019, pp.139–148.
“De la(s) memoria(s) a la literatura testimonial en Bëtapano de Juan Riochí Siafá” 2020, pp.479- 491)
“Afrofuturismo y utopía cultural en Panga Rilene de Ávila Laurel y Black Panther de Ryan Coogler” 2021, Vol.40, num.1, p187-198
“Inmigración europea en África. Aproximación a Red Burdel (2020) de Juan Tomás Ávila Laurel y Rouge Impératrice (2019) de Leonora Miano” in Conflictos dinámicos y (Re)planteamientos identitarios, 2022, pp 17–37)
“Cimarronaje y nacionalismo cultural: visión afrocéntrica de Saudó (Laberinto de almas) de Jhonny Hendrix Hinestroza” 2021, pp.71–88